OVI Castelló nace como un proyecto innovador en la política social de Castelló de la Plana. Así como otras OVIs han nacido en grandes ciudades, en nuestro caso, es en una ciudad mediana y con distintos municipios, unos más rurales que otros, que conforman nuestra geografía.
La descentralización de los servicios es además un derecho para que las personas puedan vivir siendo partícipes de la comunidad en sus entornos ordinarios, y no se vean obligados a desplazarse a las urbes donde ser institucionalizadas. Este modelo no solo garantiza los DDHH de las personas con Diversidad Funcional sino que es una clara apuesta por la repoblación de los entornos rurales.
Tal y como apunta el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad (2017) en su Observación general núm. 5, sobre Vida Independiente, en el punto II. “Contenido normativo del Art. 19” (A. “Definiciones”, 16, “a)”), define de manera muy acertada lo que es y lo que significa vivir de manera independiente:
a) Vivir de forma independiente. Vivir de forma independiente significa que las personas con discapacidad cuenten con todos los medios necesarios para que puedan tomar opciones y ejercer el control sobre sus vidas, y adoptar todas las decisiones que las afecten. La autonomía personal y la libre determinación son fundamentales para la vida independiente, incluidos el acceso al transporte, la información, la comunicación y la asistencia personal, el lugar de residencia, la rutina diaria, los hábitos, el empleo digno, las relaciones personales, la ropa, la nutrición, la higiene y la atención de la salud, las actividades religiosas y culturales, y los derechos sexuales y reproductivos. Las siguientes actividades están vinculadas al desarrollo de la identidad y la personalidad de cada individuo: dónde vivimos y con quién, qué comemos, si nos gusta dormir hasta tarde o acostarnos a altas horas de la noche, si preferimos quedarnos en casa o salir, si nos gusta poner mantel y velas en la mesa, tener animales domésticos o escuchar música. Tales acciones y decisiones nos hacen ser quienes somos. La vida independiente es una parte esencial de la autonomía y la libertad de la persona […].
La Vida Independiente, con la figura laboral de Asistencia Personal, es prioritaria para la gran mayoría de personas con diversidad funcional con necesidades de apoyos humanos generalizados y permanentes en la medida en que les permite vivir de manera digna y lejos de la institucionalización, más en el caso concreto de las mujeres y personas LGTBQI+ que puede ser todavía mucho más crucial.
Si hacemos un recorrido por las políticas públicas de los cuidados, basadas fundamentalmente en el enfoque tradicional médico-rehabilitador-clínico-sociosanitario, vemos que una de las ofertas principales que se ha promovido desde los Servicios Sociales ha sido la concesión de plazas residenciales para vivir en centros. De hecho, y según los datos extraídos por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), a de 28 febrero de 2021, en la Comunitat Vvalenciana sólo el 2,01% son personas beneficiarias con algún tipo de prestación; el 9,82% recibe atención residencial (son 10.742 casos); el 6,38% recibe atención en centros de día/noche (son 6.980 casos); el 60.71% recibe la prestación para cuidados familiares informales (son 66.385 casos) y sólo el 0,03% recibe Asistencia Personal (esto son sólo 38 casos en toda la Comunitat Valenciana).
Por tanto, vemos que en nuestra Comunitat valenciana, a día de hoy, sigue prevaleciendo ese enfoque tradicional en las políticas que se conceden, por lo que resulta imprescindible trabajar por el abordaje y desarrollo del enfoque de Derechos Humanos y de la filosofía de la Vida Independiente, por los siguientes motivos:
- La institucionalización en centros residenciales no es la mejor opción para una política pública sólida, moderna y respetuosa con los Derechos Humanos. Cada vez que una persona consigue una plaza residencial deja de participar en la sociedad a la que pertenecía, se establece un desarraigo familiar y social y, en muchas ocasiones, se tiene que abandonar la localidad en la que vive.
- En distinta documentación internacional de la ONU y del Parlamento Europeo se deja constancia que la institucionalización deriva en ocasiones en un incremento de violencias contra las personas con diversidad funcional que se encuentran institucionalizadas, y que las principales personas institucionalizadas son mujeres que, desde estos espacios sobreprotectores y paternalistas, sufren las múltiples formas de violencia de género.
- Por ello, es tan importante que se promueva la Asistencia Personal como gran oportunidad para que una persona con necesidades de apoyos humanos pueda permanecer en su entorno ordinario, en su localidad, y que no se vea forzada a abandonar su lugar, su espacio habitual, sus raíces. Sin lugar a dudas, la Asistencia Personal hace posible que no haya una despoblación, sobre todo, en los entornos más rurales.
- Asimismo, la Asistencia Personal supone una oportunidad de trabajo también para aquellas personas que desean realizarse a través de esta profesión y, en consecuencia, también les supone no tener que abandonar su espacio habitual.
- Si se promueve la Asistencia Personal, las mujeres, quienes han sido las “eternas cuidadoras”, pueden por primera vez tomar las riendas de sus propias vidas, acceder a oportunidades laborales, a tener respiros y a ocupar espacios públicos.